martes, 13 de noviembre de 2012

Preparandome para el 13 Baktun


Por fin terminaron los albañiles. Cada noche bajo a revisar el bunker.  Tal vez  no tendrá las comodidades del que tenía aquel loco -que desangró medio mundo- en sus últimos días en Berlín, pero tiene lo indispensable para sobrevivir las tres semanas que, según mi amigo que lee el tarot, durará el fuego divino. Tengo los dos generadores listos, las alacenas con cientos de latas debidamente etiquetadas, la puerta a prueba de incendios y terremotos funciona a la perfección, una litera, muchos libros para matar el tiempo mientras la profecía maya hace lo mismo con los incrédulos que no quisieron atender el mensaje, un espacio para la Travis y la nueve milímetros debajo de la almohada por si las previsiones o los cálculos me fallan.

En enero renuncié al trabajo. ¿Pará qué seguir obsesionado por forrarme de dinero si cuando llegue el fin del mundo no servirá para nada? No me arrepiento de jamás haberme casado, mucho menos de no haber tenido descendencia. Bien merecido tenemos el castigo por la manera cómo hemos destruido el legado que nuestros antepasados celestiales nos dejaron.

Estudié cuidadosamente la estructura geológica del país y fui descartando los lugares cercanos al mar o las montañas por donde pasan las fallas. Al final encontré este valle “a prueba de mayas” incluso porque ellos jamás pusieron un pie por acá. Nadie vive cerca, por eso la construcción del bunker pasó desapercibida. He estado meses navegando en la red y creo haber descifrado las claves de lo que va a suceder. No es casualidad que estén ocurriendo tantos desastres naturales. Los mayas están haciendo sus pruebas para que nada falle cuando llegue el gran día. La verdad, me estoy aburriendo de lo lindo. Apliqué los conocimientos aprendidos luego de más de veinticinco años en la fábrica y como resultado de ello, estuve listo casi tres meses antes de la fecha fatídica. ¡Tres meses sin hacer nada! Casi cien días en los que he vagado como un loco prisionero de mi maldita eficiencia.

Menos mal que la Travis me acompaña.  Esa gata negra de ojos color ámbar que apareció un día, quién sabe de donde, y que tiene comportamientos casi humanos, hace el tedio menos pesado. No importa el momento ni el lugar, ya sé que ella está a mi lado con su intensa mirada fija en mí. Basta que la llame para que se acerque mimosa a frotarse contra mis piernas o mis brazos. Cómo quisiera tener la sabiduría para entender lo que pretende decirme con sus maullidos. Coelho dice que todo sucede por alguna razón por eso estoy seguro que algo hay detrás de su aparición, justo en las vísperas de una fecha tan especial. En lugar de incomodarme, modifiqué los planos de mi refugio para que ella también tuviera cabida.

Una noche soñé que se transformaba en una hermosísima mujer de piel bronceada y mirada felina. Que insinuante se frotaba contra mi cuerpo y me susurraba sus más íntimos deseos. Desde entonces no se me quita la idea que ella es un mensajero del más allá, enviada para que juntos repoblemos el mundo una vez pase la catástrofe. Dentro del bunker guardé un cofre con hermosas prendas que adquirí para mi amada, luego que se transforme en mi compañera tras el cambio de era. Mientras ese anhelado momento llega, la tengo bien aprovisionada con su concentrado y su arenero.

* * * * *

Faltan tres días. Estoy haciendo una prueba final, hasta el momento todo ha funcionado como está previsto. Incluso verifiqué el funcionamiento del plan B, por eso tengo la nueve milímetros sobre la mesa, al costado de la cama. Olvidaba contar que hoy es mi cumpleaños. Estos malditos mayas echaron por la borda la celebración que tenía planeada. No todos los días se llega al medio siglo. Para no pasar por alto el logro de mis padres, destapé la botella de Zacapa XO y la estoy degustando mientras ordeno el álbum con los mejores recuerdos de mi vida. ¿Qué habrá sido de aquella hermosa niña de ojos cafés a la que adoré en silencio en mi lejana adolescencia? Adriana ¿Se llamaría Adriana? Tenía cara de Adriana, aunque con cuerpo de Marilyn. Malditos Kennedy, bien merecido tuvieron lo que les pasó. No tenían derecho a arruinarle la vida de esa manera, ni siquiera llegó a sus cincuenta. Demi si llegó a esta edad, ella si pudo celebrarlo. Inolvidable Demi en Ghost. Ojalá que luego que pase esto no me encuentre con que el mundo poblado de fantasmas que no pudieron desconectarse y largarse de acá.

La Travis me está viendo. Creo que está leyendo mis pensamientos.

-Ya falta poco mi amor para que recobres tu figura humana y seas mi compañera en esta misión que nos espera. Por algo nos escogieron. Por algo estamos aquí. Ven conmigo. Quiero abrazarte, escuchar los latidos de tu corazón.

¡Te dije que vengas gata maldita! ¿Se te olvida que tienes prohibido correr acá? Vas a desordenarme todo.

Casi te alcanzo. Ya te agarré la cola. Que fuerza tiene la desgraciada. No te subas sobre la mesa. Cuidado con el arma…

Un último pensamiento acudió a mi mente al ver el fuego saliendo de ese agujero negro.

-¿De qué sirvió tanto esfuerzo si nunca sabré si los mayas tenían razón?

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