Tanto que comentan del asunto. Que no entres a
lugares desconocidos, cuidado con las páginas porno o con bajar música pirata…
Les juro que tomo todas las precauciones, pero por algún lado se infiltró el
mal nacido virus. Aquí se me presenta el primer problema: algunos dicen que los
virus no son seres vivos, pero ¿cómo pueden no serlo si los malditos se reproducen
más que los conejos?
Quienes me conocen saben ni los gallos me ganan
en recibir al sol. Hoy, como todos los días, desafié el frío de la madrugada, tomé
mi compu y comencé a visitar las páginas de siempre, Facebook, las de noticias
y el clima, de pronto en la pantalla comenzaron a desplegarse páginas que ni
conozco, ni me interesan. Cada vez que borraba una, dos o tres más ocupaban su
espacio. ¡Era de locos! Yo moviendo el mouse para oprimir las X que las
desaparecen y ellas multiplicándose más allá de la lógica.
Luego de quince minutos de infructuosa batalla
decidí tomarme un respiro. Pensé que si dejaba de atacarlas, al menos el asunto
no seguiría empeorando. Por unos instantes así fue. Entonces… vino el primer
estornudo. Cuando la compu literalmente estornudó, arrojó sobre la pantalla
decenas de nuevas páginas. La toqué y está hirviendo. Los estornudos no cesan,
las páginas que no caben en la pantalla comienzan a desparramarse sobre el
escritorio. Adiós. Si no huyo me van a aplastar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario