lunes, 27 de diciembre de 2010
Extraviado (I)
Necesitaba salir de casa, de lo contrario me ahogaría. Abrí la puerta y me despedí diciendo –iré a dar una vuelta.- Tomé la pendiente hacia la zona 14, no llevaba ningún plan en mente, sólo el caminar para relajarme. Comencé a rodear la primera manzana. Tenía forma de óvalo. Un gran muro de piedra apartaba los transeúntes de las mansiones que se erigían en lo alto. Recuerdo que una llamó mi atención. Parecía un castillo de la Alhambra, puertas y ventanas con ese particular estilo morisco. Estaba pintada de color “zapote”. Las diferentes edificaciones del conjunto, incluyendo fuentes y jardines, cubrían un área muy extensa. En algún momento me imaginé cómo sería vivir allí. De pronto el camino se estrechó tanto que ni los rayos del sol lograban penetrarlo. En la penumbra observé que en lugar de piedras, los dos muros estaban llenos de nichos mortuorios. Más que miedo, sentí curiosidad. Parecía que éste había sido un cementerio mucho antes de volverse zona residencial, pues aunque se conservaba bastante bien, eran obvios los estragos del tiempo en las lápidas y jardineras.
Comencé a cansarme, ya que por más que seguía el contorno de esa manzana, no lograba iniciar el retorno, sin embargo continuaba caminando, porque presentía que si daba la vuelta, el retorno en ese sentido sería más largo. Tenía razón. Al cabo de unos minutos mi sentido de orientación me indicó que éste ya había iniciado. De pronto llegué a un sitio en el que confluían tres calles. Me detuve a decidir por cuál tomar cuando noté que justo en dónde estaba había un lujoso restaurante de estilo francés. Asomé la cabeza y vi el mobiliario de finas maderas, unas gruesas cortinas color vino tinto y lámparas de almendrones que daban una discreta iluminación al lugar. El capitán se acercó y me invitó a entrar. Me sentí incómodo, ya que había salido de casa vistiendo ropa informal. Entonces él me ofreció otra opción. Me dijo que me podían servir –enfrente- y señaló hacia el otro lado de la calle.
Efectivamente allí había mesas al aire libre colocadas en un pequeño jardín rodeado de mausoleos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este sueño lo tuve el 18 de diciembre (día de mi 57 cumpleaños)
ResponderEliminar